
El diseño de 1.830, más específico, emplearía piedra
caliza "sana y trabajada decentemente". La fuente
estaría adornada con cuatro jarrones, y se dispondrían tres chorros principales.
Las aguas sobrantes de éstos caños, volverían a formar otros dos chorros
en la parte zaguera del grupo. Los cinco serian de latón, y de forma graciosa.
En los sumideros, se colocarían chapas de hierro ahuecadas. El pavimento
estaría basado en losas areniscas, dejando una faja de medio pie, en los contornos de los
lados. Estos proyectos resultaron simples ideas, que nunca
se ejecutaron, a diferencia del dispuesto en 1831, por el Arquitecto motricuarra, D.
Mariano-José de Lascuraín. |
A continuación analicemos los pasos principales, hasta la conclusión de la fuente
de las barricas.
Primeramente, según un
documento de la familia Uría, se pensó, en una nueva fuente, debido a los continuos
clamores del vecindario, a causa de que las que existían en las inmediaciones, se
enturbiaban en invierno. Con éste fin, el 25 de Enero de 1.830, el
Ayuntamiento general, nombró una comisión que reconociese el agua de la fuente de
Otocor, o de otra cualquiera, para la conducción a la plazuela de Idiacaiz. Para
ello, la comisión se sirvió del Arquitecto Sr. Lascuraín, quien después de varios
ensayos, expresó los resultados el día 5 de Septiembre del mismo año. El informe
señalaba que se habían recogido las aguas de la fuente de Perdelari, al arca formada al
efecto, con el producto de cuatro maraverís, en azumbre de vino, que se acordó imponer
en la sesión del 4 de Marzo de 1.830.
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Para la financiación de la obra de la nueva fuente, el Ayuntamiento, presidido primero
por D. Antonio Mª de Zabala, y posteriormente por D. Francisco de Palacios, estando falto de fondos económicos,
accedió, además de otros recursos, a la venta del helechal de Tellerichu, propiedad del
concejo, a D. Ignacio de Uría, el 11 de Octubre del citado año. |
Una vez aprobado el plano presentado por D. Mariano José de Lascuraín, se acordó
que la obra se ejecutara, a la mayor brevedad, por la urgente necesidad de la fuente.
La obra se sacó en almoneda pública, el domingo, 20 de Marzo de 1.831, y D. José
de Arriola, natural de la vecina villa de Elgoibar, lo remató en 9.900 reales de vellón. |
El rematante, debía respetar las condiciones que previamente, dispusieron
por la comisión, y así, entre otras, durante el periodo que durase la obra, se
encargaría de la seguridad de las calles y tránsitos. Construiría una cañería
desde el arca que estaba en las inmediaciones de la huerta de D. Santiago de
Lersundi. Los Srs. comisionados, pondrían al pie de la obra, la cañería de
plomo, y el rematante, sólo intervendría en su soldadura y colocación.
Realizaría los tarjetones y toneles, según condiciones determinadas de raspadura y
pulimento. Y se ocurriera alguna avería, cuya reparación superara 150 reales de vellón,
se alargaría la última entrega de dinero en otro año más, y así, sucesivamente. |
En el proyecto inicial de las Barricas, se dispuso que en la construcción de la Fuente se
combinaran diferentes tonalidades y tipos de piedra; el enzocalado y el plinto del
pedestal, con piedra cenicienta de la cantera de Picoaga; el pilón, con piedra pajiza de
Erramucho o Archuichordi; el pedestal, con caliza blancuzca de Chabolazarra, y los toneles
y el jarrón, de piedra procedentes de las ruinas de Sta. Mª de Balda. El agua sobrante, se aprovecharía mediante un
abrevadero colocado en la parte
posterior.
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